“Este post participa en el V Carnaval de Geología alojado por Pimen en Carolus Dixit“
El volcán de San Miguel también es conocido con el nombre de Chaparrastique. Se encuentra en la zona oriental de El Salvador en la América Central, y el 29 de diciembre de 2013 a las 10:30am entró en erupción sin previo aviso. Sin previo aviso para los pobladores de sus faldas, ya que desde el centro de monitorio en San Salvador, cuatro horas antes de la erupción, el RSAM aumentó considerablemente pero no así las concentraciones de gases.
El poco margen de tiempo que hubo entre que el RSAM empezó a escalar hasta prácticamente las 300 unidades, conjuntamente con el hecho de que en años anteriores ya se habían dado crisis parecidas sin llegar a la erupción (5 ocasiones desde 2006), llevó a las autoridades a no emitir ninguna alerta hasta ya consumada la misma.
Mi vivienda se ubica a 11km al sur del cráter. Lo único que nos salvó de recibir hasta 5 mm de cenizas fue la dirección del viento, que en esta zona son predominantemente en dirección NE-SW. Aún y así, hacia las 12 del mediodía recibimos una ligera caída de cenizas que no llegó al milímetro de espesor pero que trajo consigo un fuerte olor a azufre que perduró por un par de horas. Las comunidades asentadas en el flanco oeste del volcán no tuvieron tanta suerte, y un total de 1,400 personas fueron evacuadas.
A pesar de todo, la erupción fue de poca magnitud si la ponemos en escala dentro del Índice de explosión volcánica (VEI), y el hecho de ser un volcán basáltico-andesítico, hace pensar que el tipo de erupción, de tipo estromboliano, no vaya a ser muy violenta y emita lava con fluidez.
A fecha de hoy las expectativas son que el volcán emita lava en cualquier momento. Su registro de RSAM se sitúa sobre las 200 unidades en la estación sísmica denominada VSM (en la ladera oeste), cosa que es totalmente anormal. Sin embargo en la estación Lacayo (ubicada en la ladera sur), los registro se mantienen curiosamente bajos. Una de las interpretaciones que se están dando es la posible ramificación desde la cámara magmática hacia zonas próximas a la VSM, lo que supondría una efusión lateral, cosa que ya ha pasado con anterioridad. Concretamente el volcán ha entrado en erupción 36 veces en los últimos 300 años.
Recientemente han llegado al país especialistas de Estados Unidos y de Italia para analizar las cenizas (las cuales ya determinaron que contienen material juvenil) y colocar equipos como GPS’s diferenciales, y realizar geofísica. Estos resultados nos darán una visión más clara de lo que puede estar pasando bajo el volcán.
Por cierto, un mes antes de la erupción tuve oportunidad de subir al cráter con el vulcanólogo del servicio geológico. Podéis per el video que edité en nuestro canal de youtube.
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