En julio de 2023 el mundo se despertaba con la noticia de que el Lago Crawford en Canadá sería el lugar escogido como enclave típico para afianzar al Antropoceno. Ese período de tiempo en el que los humanos hemos alterado significativamente el planeta Tierra. El Grupo de Trabajo del Antropoceno (AWG), perteneciente a la Subcomisión del Cuaternario de la Comisión Internacional de Estratigrafía fue la que propuso este enclavamiento, aduciendo como puntos a favor que entre los sedimentos se encuentra una capa de calcita depositada en el verano de 1950 que marca al rápido aumento del plutonio a partir de entonces. Esta señal coincide además con un incremento de las partículas carbonáceas esferoidales (originadas por la quema de combustibles fósiles a elevadas temperaturas) y un importante cambio del ecosistema identificado por un declive en el polen de olmo y un reemplazamiento en las especies de diatomeas que viven en el lago. Otros indicadores de la actividad humana son la presencia de fibras y fragmentos de plástico.
Lago Crawford
Ya en aquel momento esta decisión causó polémica y división (más si cabe) porque los opositores a la inclusión del término como una nueva era, lo argumentan sobre la base que el plutonio detectado en algunas varvas del lago Crawford tiene una vida media de 24.100 años, y dejará de ser detectable a los 100.000 años, cifras casi irrelevantes a la escala geológica. Además, precisamente su corta duración (apenas tendría 70 años) es otro argumento en su contra. Adicionalmente al ámbito geológico, también se ha criticado el antropocentrismo y la egolatría de este término.
Y con estas premisas llegamos al 6 de marzo de 2024, cuando sorpresivamente todos los medios del mundo recogen la noticia de que el Antropoceno ha sido rechazado como nueva era geológica. Y aquí podría terminar el asunto. Pero no. Al ser humano le gusta el conflicto por lo que parece, y esta decisión está envuelta en mucha polémica.
Y no es para menos porque en realidad todos esperábamos que la decisión fuera tomada en el Congreso Geológico Internacional que va a tener lugar en Busan (Japón) el mes de agosto de este 2024. Pero como acabo de destacar, desayunamos este 5 de marzo con la filtración en el «New York Times», de que la Subcomisión del Cuaternario ya había votado acerca de la inclusión del término en la escala cronoestratigráfica con un total de 4 votos a favor y 12 en contra. De tal proporción ha sido el sorprendente anuncio, que ni el presidente del Grupo de Trabajo del Antropoceno estaba al corriente de esta votación declarando que:
Todavía no hemos recibido una confirmación oficial directamente del secretario de la Subcomisión de Estratigrafía del Cuaternario. Parece que The New York Times recibe los resultados antes que nosotros, es muy decepcionante.
Colin Waters
El orden de las cosas debería haber sido el siguiente. El Grupo de Trabajo del Antropoceno presenta una propuesta para oficializar el Antropoceno a la Subcomisión de Estratigrafía del Cuaternario. Si los miembros de la subcomisión están de acuerdo con una mayoría del 60%, la propuesta pasará a la Comisión Internacional de Estratigrafía, que también tendrá que votar y estar de acuerdo para que la propuesta siga adelante para su ratificación, pasando finalmente al Comité Ejecutivo de la IUGS (Unión Internacional de Ciencias Geológicas). Como se ve, un camino nada fácil que ya se ha visto truncado en su primer escalón. Ahora salen voces hablando de irregularidades y tiempos vencidos de los miembros de la comisión. Curiosamente los que alzan la voz son los que se manifestaron abiertamente a favor del Antropoceno. Habrá que esperar y ver en que resultan estas alegaciones. Pero ya acabamos de ver que el camino de la aprobación del término es bastante complicado
Yo personalmente estoy de acuerdo con la decisión adoptada. Ya he mencionado anteriormente algunos puntos de los opositores a la inclusión de este término en la escala cronoestratigráfica. Y dejadme desarrollar esta última parte, porque el hecho de que no esté de acuerdo con la inclusion del término Antropoceno en la escala de tiempos no significa, repito, NO SIGNIFICA, que me oponga a su uso a nivel social para ejemplificar y denominar (informalmente) un tiempo en que los humanos estamos dañando y alterando las condiciones de vida sostenibles para la vida. Porque no estamos dañando el planeta. El planeta Tierra en su larga existencia, ha pasado por un sinfín de situaciones extremas. Muchas especies se extinguieron y otras aprovecharon los nichos dejados por las primeras y evolucionaron. Así que de lo que se trata aquí es de trabajar en aras de buscar proteger y mejorar las condiciones en la Tierra que favorecen la vida en ella, no solamente de los seres humanos, sino de toda fauna y flora existente.
De momento, el término no es oficial, y no parece que vaya a serlo. Así que insto a la Real Academia de la Lengua Española a modificar su definición de Antropoceno, que a fecha de hoy reza:
Dicho de una época: Que es la más reciente del período cuaternario, abarca desde mediados del siglo XX hasta nuestros días y está caracterizada por la modificación global y sincrónica de los sistemas naturales por la acción humana.
RAE