Último día del viaje. Emprendíamos el regreso a Grand Prairie, en de Dallas. Y lo hicimos viajando hacia el sur para visitar en esta última jornada, el parque nacional de Grand Teton, prácticamente colindante con Yellowstone, y unidos por el parque nacional John D. Rockefeller.
Paramos en Flagg Ranch Headwaters para planificar las visitas. Al final nos basamos en la ruta geológica recomendada en el libro «Grand Teton in a day» que encontramos en la sección de souvenirs.
La primera parada fue en Oxbow Bend. La imagen tomada desde este lugar del río Snake con el reflejo del monte Moran es icónica y probablemente la más reconocida del Parque Nacional Grand Teton en todo el mundo. La cordillera lleva su nombre por «Les Trois Tetons» (que significa, las «Tres Tetas») el nombre que los primeros exploradores franceses dieron a sus tres picos más significativos y reconocibles.
A continuación, nos dirigimos hacia Signal Mountain. Signal Mountain es una montaña de 2,355 m en Jackson Hole accesible en vehículo. Desde la cima, tenemos otra panorámica del lago Jackson y de los Teton.
Seguimos hacia el sur. Y nuestra siguiente parada corresponde a unas interesantes formas llamadas «potholes» cuyo origen es bastante singular. A medida que los glaciares se retiraban, algunos bloques de hielo caían desde la cara externa del glaciar al valle. Los sedimentos transportados por el agua de deshielo enterraron estos bloques. Posteriormente, el hielo se derritió bajo esos sedimentos dejando atrás una depresión. Ahí se acumulaba agua y sedimentos. Y Con el tiempo, los «potholes» crearon sus propios ecosistemas de fauna y flora en la extensa llanura arbustiva del lugar.
Continuamos hacia el centro de visitantes en Jenny Lake donde tienen una maqueta en 3D de los Tetons. Un molde a escala real de las garras del primer oso al que pusieron un collar en 1959. Y una referencia al primer equipo de exploradores que cartografiaron los Tetons que incluían biólogos, geólogos, botánicos y también artistas. Algunos de estos expedicionarios terminaron dando nombre a varios de los hitos naturales de la zona.
En toda la ruta podemos contemplar desde varios ángulos los diversos picos de los Teton. Desde Cathedral Group por ejemplo, observamos con mayor exposición la Teewinot mountain, el Mount Owen y el propio Grand Teton.
Desde Mont Moran Turnout se observa una veta (o dique) de diabasa negra que atraviesa verticalmente la cara este del monte Moran, llamado así por el famoso pintor de paisajes Thomas Moran, uno de esos primeros exploradores de los que hablábamos antes.
La última parada, a última hora de la tarde, la hacemos en Teton Glacier, donde se observa el glaciar más grande del parque. Un remanente de la Pequeña Edad de Hielo. Aunque hay otra manifestación geológica más interesante si cabe, la Teton Fault. Un escarpe de falla de casi 23 metros producto de las fuerzas tectónicas del lugar, como se puede observar en la animación realizada por el servicio de parques nacionales.
Dejamos el Grand Teton y Yellowstone a nuestras espaldas. Y cruzamos la pintoresca y turística ciudad de Jackson. Atrás quedaron las maravillosas expresiones geológicas de un planeta en constante cambio. Sin duda, al igual que lo fue el viaje al gran cañón del colorado, visitar Yellowstone y Grand Teton, genera experiencias que marcan de por vida. Como geólogo no se puede pedir más que vivir en carne propia lo que uno ha estudiado en los libros. Y aunque este viaje ha terminado, otros vendrán. Al fin y al cabo a nuestro pasaporte de parques nacionales, todavía le quedan muchos hojas en blanco.